Glándulas Anejas

Glándulas Anejas

Para terminar nuestra travesía, hablaremos de las glándulas anejas de nuestro aparato digestivo.

Las glándulas salivales y el páncreas exocrino van a producir secreciones muy importantes y que nos van a ayudar a digerir correctamente o deglutir nuestros alimentos favoritos.

Histología del Páncreas Exocrino

Hablemos del famoso páncreas.

Este órgano está compuesto por 2 porciones: una endocrina, compuesta por los islotes de Langerhans; y una exocrina, de carácter seroso.

Las secreciones exocrinas del páncreas son recogidas por el conducto de Wirsung, que atraviesa todo el órgano y desemboca en la segunda porción del duodeno tras fusionarse con el colédoco.

El páncreas presenta una cápsula de tejido conjuntivo, que emite tabiques y divide el órgano en lobulillos.

El funcionamiento del páncreas se articula en torno a una serie de acinos serosos que secretan enzimas a través de los conductos intercalares o interacinares. Estos conductos se continúan con los intralobulillares. Una vez salen del lobulillo y aumentan su lumen, encontramos los conductos interlobulillares, que dan al de Wirsung o conducto principal.

Los conductos intercalares tienen células centroacinares o centroacinosas, de morfología plana. Estas células componen los conductos en toda su longitud y la porción que se introduce en el interior del acino.

Las células acinares o acinosas tienen forma piramidal, y presentan las características de una célula secretora de proteínas; además de microvellosidades apicales y núcleo basal. Son las que componen el acino propiamente dicho.

Histofisiología de la Secreción Pancreática

Debemos hablar, aunque sea por encima, de las características histofisiológicas de la secreción pancreática.

Vamos a tener una secreción proteolítica, con endopeptidasas y exopeptidasas. La más destacable de estas enzimas es el tripsinógeno, que se transforma en tripsina cuando llega al intestino delgado gracias a la acción de la enteropeptidasa.

Además, encontramos una producción de lipasa pancreática, que junto a los ácidos biliares y la co-lipasa es capaz de realizar la digestión y permitir la absorción de lípidos; y amilasa pancreática para los carbohidratos.

También debemos mencionar las ribonucleasas y desoxirribonucleasas para la digestión de ácidos nucleicos, aunque en seres humanos no son tan importantes.

En general, todas estas sustancias son secretadas como zimógenos inactivos. Al día, secretamos 1 L de estos fluidos.

Los conductos intercalares y las células centroacinares producen un jugo rico en bicarbonato y sodio; pero no producen enzimas como tal, ya que eso es trabajo del acino.

Sin embargo, son estimulados principalmente por la secretina para poder estabilizar el pH duodenal. A su vez, se activan las células I del duodeno (CCK), que estimulan la producción de enzimas digestivas y bilis vesical.

Histología de las Glándulas Salivales

Para ir terminando nuestro viaje, debemos de hablar de las glándulas salivales. Diferenciamos dos tipos:

  • Mayores. Son la parótida, la submandibular y la sublingual. Drenan por conductos (Stenon, Warthon, Bartholin y accesorios de Rivinus). Tras la estimulación, secretan un gran volumen de saliva. Al ser glándulas grandes, tienen una cápsula que las divide en lóbulos y lobulillos.
  • Menores. Son las labiales, las bucales, las palatinas y las linguales. Drenan de forma directa a la cavidad oral. No tienen cápsula conjuntiva, aunque pueden tener tabiques. Secreción continua y basal.

La estructura general de la glándula empieza con la sialona, la unidad de secreción fundamental. Está formada por un acino y el sistema de conductos excretores que son capaces de modificar el producto antes de llegar al conducto principal. Esta modificación, realmente, solo se lleva a cabo en los conductos intercalares, en los estriados, y en el primer tercio del conducto excretor.

En orden desde más pequeño a más grande:

  • Acinos.
  • Conductos intercalares.
  • Conductos estriados.
  • Conductos excretores propiamente dichos.

También debemos de diferenciar los 3 tipos de acinos que podemos encontrar en las glándulas:

  • Serosos. Suelen ser de pequeño diámetro y tener un lumen muy pequeño. Las células son piramidales, muy similares a los acinos pancreáticos; y presentan gránulos de zimógeno en su citoplasma.
  • Mucosos. Algo más grandes y alargados, con mayor luz. Su núcleo está aplastado en la porción basal, ya que el resto del citoplasma está lleno de gránulos de mucinógeno.
  • Mixtos. Son acinos mucosos con acúmulos de células serosas en la periferia, que toman forma de semiluna (semiluna de Gianuzzi). En verdad, esta semiluna es un artefacto producido durante la toma de muestras. Con técnicas de criofijación, podermos observar que todas las células están en hilera, mezcladas. Con los métodos de fijación típicos, las células mucosas se hinchan y desplazan a las serosas a la periferia del acino.

También encontramos células mioepiteliales, de morfología estrellada, que envuelven a los acinos. Se sitúan por debajo de la membrana plasmática basal y por encima de la lámina basal del epitelio. Tienen filamentos citoplasmáticos contráctiles que sirven para impulsar la secreción al lumen de los conductos, aunque también aparecen en los conductos intercalares o intercalados.

Parémonos un momento en las glándulas mayores:

  • La glándula parótida es totalmente serosa, y produce el 30% de la saliva. En ella encontramos muchos acúmulos adiposos.
  • La glándula submandibular es predominantemente serosa, aunque tiene un componente mucoso. Produce el 60% de la saliva.
  • La glándula sublingual es principalmente mucosa y mixta, y produce el 5% de la saliva.

En cuanto a las glándulas menores

  • Labiales. Seromucosas; secretan poca saliva, pero gran cantidad de IgA (⅓ del total).
  • Bucales o genianas. Son acúmulos seromucosos en las mejillas.
  • Palatinas. Son acúmulos seromucosos en el paladar blando.
  • Linguales. Diferenciamos 3 tipos:
    • De Weber (dorsoposteriores). Se localizan en la raíz de la lengua y su secreción mucosa limpia las criptas amigdalinas linguales.
    • Anteriores de Blandín. Situadas en la cara ventral de la punta de la lengua, a ambos lados del frenillo. Su secreción mucosa protege la lengua de los dientes.
    • De Von Ebner. Son serosas, y aparecen en el fondo de las papilas circunvaladas. Secretan enzimas importantes para la protección antibacteriana y limpian el surco de las papilas circunvaladas.

Histofisiología de los Conductos Salivales

Concluyendo nuestro viaje por todo el tracto digestivo, hablemos un poquito de la histofisiología de los conductos salivales.

Los conductos intercalados tienen pequeño diámetro y un epitelio cúbico simple. Tienen células mioepiteliales y pueden tener un componente de células madre para renovar los acinos.

Los conductos estriados tienen epitelio cilíndrico simple y la luz más amplia. En la zona basolateral, encontramos muchas invaginaciones con mitocondrias entre ellas, ya que en esta zona se realizan intercambios para modificar la secreción acinar. En específico, se reabsorbe sodio y cloro, y se añade potasio y bicarbonato a la saliva.

OJO: ambos conductos son intralobulillares.

Los conductos excretores o interlobulillares tienen epitelio cilíndrico pseudoestratificado, y solo en su primer tercio se sigue modificando la saliva.

Los conductos interlobulares tienen epitelio cilíndrico estratificado, y son más grandes que los interlobulillares.

Los conductos mayores, que desembocan en la cavidad oral, tienen epitelio plano estratificado no queratinizado, ya que se fusionan con la mucosa bucal de revestimiento.

La saliva está compuesta por un 99% de agua.

Contiene numerosas enzimas (amilasas, lipasas, mucinas, lisozima, lactoferrina, lactoperoxidasa y IgA), componentes orgánicos no proteicos e inorgánicos; corpúsculos salivales (linfocitos y granulocitos en degeneración) y células epiteliales bucales descamadas.

Tiene funciones digestivas, ya que prepara el bolo alimenticio, comienza la digestión química y humedece la cavidad oral; y de defensa, pues evita el deterioro de la cavidad oral al mantener húmeda la mucosa, usa las sustancias antimicrobianas, mantiene el pH bucal y remineraliza los dientes.

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